
Si. Feo, taciturno y violento.
Anda creyendo por ahí que es un puntal para su empresa, imprescindible e
insustituible. En parte es así, pero solo en parte. De lunes a sábado trabaja
como una mula, está en todas partes, en el almacén, atiende a los clientes,
lleva la contabilidad y le lleva el café al jefe aunque no se lo pida. Su vida
es su trabajo y la puta que le hace un francés los sábados por la noche, justo
en ese bar donde ahora está sentado… lo demás apenas existe, sobre todo la
mujer que tiene en casa, es más una criada que una esposa, los derechos
maritales se ejercen a la fuerza y con suerte no hay que pegarle para que acceda. Esta
historia refleja las verdades y las mentiras no solo de Contreras sino de
algunos personajes que aparecen en el relato y en la vida misma. Si se llegaran a encontrarse de cara con Julio
Contreras procuren no tener ningún encontronazo, es capaz de sacar en décimas
de segundo grandes cantidades de violencia,
hagan como que no lo entienden y con una sonrisa en los labios, procuren
salir corriendo. A Contreras no le importa
reconocer que es así, es más, le gusta fastidiar al prójimo, sacar lo peor de
los otros para desahogar su propio veneno.. Se considera un maltratador sólo de
mediana calaña dentro de su jerarquía mental. Como todos los abusadores, lo que
más desean es encontrar a alguien que abuse de ellos. Es difícil, pero no
imposible. Si intentamos dar una coherencia al comportamiento humano… es una
cuestión compleja. Ustedes mismos.