
Un ejemplo. Vampiro, criado en los márgenes,
entre el pueblo llano y la envidia universal. A medida que crecía, la inocencia se fue
fosilizando y la envidia tomo dimensiones desconocidas. Un buen “pelotazo”
lanzo a este vampiro, sin muchas luces, a la cresta del consumismo
recalcitrante pero, en vez de quedarse varado en la playa caliente y
contaminada del ambiente del buen consumidor, le dio por hacer el bien al
prójimo. Se afilió a una buena causa
donde, con su dinero, tuviese un cargo medianamente importante. A partir de
ahí de disfrazó de santurrón, de beato liberal y esquizofrénico, donde lo mismo
le da, ser un día el saca sangre tacaño y rastrero, dado al victimismo de enfermedades fantasmagóricas que, pretender ser el oráculo de los idiotas. Se sube a la montaña para sermonear a las
pobres ovejas, que aparte de aburrirlas, les saca hasta la última gota de leche.
Este vampiro es ecológicamente bien visto y cuesta de cazar, pues se esconde
entre las multitudes consumistas y bonachonas que, incluso lo defienden. Las fuerzas del orden antivampírico
están detrás del asunto. Veremos resultados…
UAU! Quina sorpresa. Amb ganes de saber com continua. Felicitats!!!
ResponderEliminarT'agradat? Continuaráaa...
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