
Vuelvo a tener hambre. En la ducha dejo que el agua resbale por mi cuerpo y mi pelo, si levanto la vista veo una lluvia viniendo hacia mí. Me visto sin prisas, nunca tengo prisa. Pantalón negro estrecho y botas de caña alta de tela de saco. Arriba, una camisa blanca de lino, suelta, que el viento hace bailar cuando salgo a la calle.
En el paseo principal hay una cafetería con una terraza para degustar un café o licor mientras veo pasar a la gente. Son las doce de la mañana y a esas horas el paseo está transitado en su mayoría por turistas que bajan despacio saboreando el olor a mar cada vez más intenso. El camarero me trae lo mismo de siempre, un coñac de la mejor marca. Me echo hacia atrás en la butaca y descanso la vista sobre los paseantes. No miro a nadie, sé que mis ojos encontrarán lo que busco sin forzarlos.
Un hombre de tez morena, se sienta dos mesas más allá de la mía. Me mira un momento y le devuelvo la mirada. Tiene grandes pestañas que adornan unos ojos negros. Manos anchas de uñas rosadas. es un hombre joven de origen árabe. Lleva ropa de buena calidad. Lo miro de arriba a bajo con un poco de desinterés para crear el efecto contrario. Resultado inmediato. El hombre se levanta y viene hacia mi mesa.
Me llamo Ahziz ¿puedo sentarme? Sus labios gruesos destapan una sonrisa de dientes blancos.
Yo Carla. Miento.Por supuesto que puedes sentarte...
bienvenida Carmela! estaba esperando la continuación de la caustica Blanca Marchant!!
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