domingo, 4 de abril de 2010

El Coloso


Acaso sólo yo siento la pesadez de una figura aplastante que parece que se cierne sobre el mundo y sobre nuestras cabezas. ¿Qué pude ser? ¿Será la globalización? Una vida donde todos llevamos el mismo uniforme aunque compremos la ropa en tiendas de última moda. No siento la diversidad, ni la libertad personal. Dentro de un mundo tan amplio de posibilidades siento como nos perdemos en ese mismo abanico, acabando por ser como todos los demás. Consumir ambiciosamente todo lo que se nos ofrece, como un mal padre daría mala comida a sus hijos, una comida que crea dependencia, que adormezca los sentidos. Vivir con un sentimiento de complacencia por pensar que podemos tener aquello que queremos, siempre que se trate de las cosas que se nos quieren dar. Lo que no se nos va a dar, ya ni siquiera se pide. Muchos no saben ni que existe. ¿Despertaremos algún día del largo letargo en el que morimos lentamente o nos aplastará el Coloso?

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