jueves, 1 de abril de 2010

Saturno devorando a su hijo


Irreconciliable relación. No es posible la vía de acceso al entendimiento, entre dos partes opuestas. ¿De dónde ha salido la ilusoria idea de la institución patriarcal, de la familia como versión feliz de alguna utópica sociedad? Este engendro de la autoridad no está comiendo un plato de espagueti. Está devorando la libertad, la capacidad personal del individuo para ser quien es. Todo cambia, Saturno se hace viejo... pero no quiere dejar el poder al que está acostumbrado. Ahora nos quiere engañar haciéndonos creer que somos libres, que podemos consumirlo todo, incluyéndonos los unos a los otros. Igualdad de oportunidades, igualdad de género, igualdad de creencias... ¡Que insistencia con manipular! A ver si enterramos al devorador de una vez y podemos evolucionar sin más.

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