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lunes, 12 de abril de 2010

Angustia



Aunque estés adentro
y este sentimiento
se me antoje eterno
esta lejanía
duele cada día
porque no te tengo.
No tengo tu boca,
no tengo tus ganas
y por más que intento
ya no entiendo nada,
de esta vida loca,
con su loca realidad,
que se ha vuelto loca…
loca de verdad...

La angustia es un estado de desasosiego, inquietud y temor acompañado de una sensación de pérdida de la integridad y del equilibrio psíquico.
La angustia es la sensación de desamparo que se siente cuando nos damos cuenta que en nuestra existencia subjetiva estamos solos.
El problema del ser humano actual es que ha perdido la intimidad y se ha convertido en un ser público, atropellado y devorado, por una sociedad del aquí y del ahora.,cuya característica es la falta de compromiso.
El conformismo con una multitud que defiende lo mismo, es decir, que no defiende nada, significa la pérdida de la relación apasionada con las cosas. Kierkegaard decía que existen tres actitudes vitales en la vida: la estética, la ética y la espiritual, y que mucha gente vive toda la vida en la primera.
El que vive en la fase estética vive el momento para conseguir sólo el placer de los sentidos; de una vida líquida que se escapa sin dejar huella, como una semilla que se pudre antes de germinar. La sociedad del ahora, lo único que le interesa es si una cosa es divertida o aburrida. Produciendo inmediatemente después de consumir vacío y angustia.
La angustia puede ser positiva, señala que la persona se encuentra justo en una situación existencial que le puede brindar la posibilidad de dar el gran salto hacia una fase superior. Este salto puede suceder o no. Hay que elegir, nadie puede hacerlo por nosotros. La elección que conduce a que un ser humano salte de una actitud vital estética a una actitud vital ética o espiritual tiene que surgir desde dentro.
La elección existencial emana siempre de una desesperación y miseria interiores.