martes, 24 de septiembre de 2013

Blanca Marchant, por entregas. 1

       Mi nombre es Blanca Marchant pero este no es mi nombre verdadero. Mi Sombra no se llama así. Ella se llama… desde hace algún tiempo decidí que ya no quería volver a escuchar ese nombre. Sus tintes están demasiado manchados por tantas vivencias, que he llegado a sentir vergüenza de él. Hay algo en ese nombre que no me gusta recordar, casi todas ellas evocaciones escabrosas... he preferido suprimirlas del papel porque de la memoria no puedo…
      Pretendo escribir todo cuanto pueda, para llegar o por lo menos intentar, comprenderme a mí misma. Es una tarea muy difícil que me dispongo a comenzar y de la cual no estoy segura de responder. Podría ser que no lo consiga porque mi Sombra, se vuelve tan escurridiza que apenas si yo puedo reconocerla. De esta manera, ella queda totalmente a salvo, eso sí, seguirá devorando mi centro y mi esencia. Estoy en pleno uso de mis facultades, todavía. Tengo muchas cosas por analizar si quiero llegar a buen puerto con una nave que hace aguas. Es su última travesía.
     Me es difícil organizar mi vida, en base a cuantas veces mi Sombra ha gobernado mi existencia y en cuantas ocasiones  he intentado relegarla a la más profunda de las oscuridades. Cuantas veces ella, ha sido el compañero, la amiga, la madre, la hermana, el padre o el amante e incluso, el desagradable vínculo con la víctima.
      También tengo que tener en cuenta que yo misma intentaré boicotearme indefinidamente, por lo tanto debo estar muy atenta en apostar por mi sinceridad en todo momento. Hay cosas que escribiré aquí a las que llamaré innombrable pues de tan oscuras, las siento como una desgarradora amenaza. Me gustaría traer a la memoria a algunas de las personas que anduvieron conmigo parte del trayecto de mi camino por el precipicio. Unos vulgarmente aborrecidos, aquellos a los que odié, a los que admiré, aquellos a los que amé. A los que  desprecié, porque quizás en ellos, proyectaba el desprecio por mi misma.
     Todos tenemos dos caras, como en un espejo. Si observas bien no se parecen la que vemos y la que no vemos.  Nuestra Sombra, nuestro Mr. Hyde. No puedo afirmar que me conozco sin conocer mi lado oscuro. Ahora mismo intento reconocer mi propia vida como lo haría un ciego abandonado en una casa vacía. Esta bajada a los infiernos será un reencuentro con lo peor y lo mejor de mí...

Continuara...


1 comentario:

  1. Esto está bueno... Me interesa mucho el tema de la Sombra. He leído bastante sobre el tema. Voy seguirte la pista a Blanca porque estoy seguro que su barco desembarca en un puerto conocido para muchos...
    Saludos Carmela!

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