sábado, 14 de septiembre de 2013

La conversación

        Escucho un profundo suspiro al pasar por la puerta de la cocina. Me aparto hacia un lado. Vuelvo a escucharlo, ahora seguido de un murmullo apenas imperceptible. Pego el oído a la puerta que está entreabierta. Pongo atención. Es una conversación con pequeños suspiros entrecortados. Ahora oigo ruido de platos, el agua corre como un río entre la vajilla y las ollas. La conversación continua pero no consigo entender una frase completa, sólo palabras sueltas que parecen no tener significado, excepto para la que las pronuncia. Pongo todos los sentidos…

       Ahí está. Es una conversación íntima. Meto la cabeza a través de la puerta y veo a Elvira, sus labios se mueven emitiendo una cantinela, susurros cómo un eco de adentro mientras trajina con cacharros y agua ¡Ahora entiendo! Ella se pregunta. Se contesta. Cuestiona su vida, discute con su pasado, con un presente que se escapa y un futuro que apenas existe.


     Elvira habla con ella misma porque nadie la escucha. Porque ha vivido con los labios apretados y ya está cansada. Quiere hablar y habla aunque el agua se lleve las palabras por el desagüe. Luego, con las manos juntas espera el olvido. Toda una vida pensando hasta que el pensamiento se ha hecho conversación. Quisiera poner mi mano sobre su hombro y apretarlo ligeramente para que me hable a mi siquiera pero yo…simplemente, no existo. Sólo soy la sombra de Eva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario